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Fondos monetarios o depósitos a plazo: ¿qué elegir?
Spiko
22 de octubre de 2024

Fondos monetarios o depósitos a plazo: ¿qué elegir?

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Depósito a plazo vs. fondo monetario (MMF): ¡la pregunta eterna!

En la práctica, muchos ni siquiera tienen la oportunidad de planteársela, ya que los MMF siguen siendo poco conocidos por pequeñas empresas y particulares en Francia, debido a la fuerza de los canales bancarios que promocionan sistemáticamente los depósitos a plazo.

Este artículo expone claramente las diferencias entre ambas soluciones para ayudarle a elegir la más adecuada para sus necesidades.

Vamos al grano 🤓

Disponibilidad de tu dinero: ventaja MMF

Cuando abres un depósito a plazo, tu dinero queda bloqueado durante toda la duración del contrato (normalmente entre 3 y 12 meses). Puedes cancelarlo antes del vencimiento, pero tienes que avisar con un mes de antelación y normalmente te aplicarán penalizaciones que reducen tus intereses. En algunos casos, estas penalizaciones pueden ser elevadas.

En cambio, un MMF te ofrece liquidez diaria, sin comisiones por retirada. Puedes recuperar tu dinero el mismo día o al siguiente día hábil según la hora en que solicites la retirada. En disponibilidad, los MMF ganan claramente a los depósitos a plazo.

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Flexibilidad de gestión: ventaja MMF

Más allá del asunto de la liquidez, la mayoría de los depósitos a plazo no permiten retiradas parciales, lo que significa que cualquier retirada antes del vencimiento obliga a cerrar el contrato por completo y, por tanto, a retirar toda la cantidad invertida. Los depósitos a plazo también tienen la particularidad de funcionar con un único ingreso inicial en el momento de su apertura. Esto implica que, si quieres volver a colocar tesorería, tienes que abrir un nuevo depósito a plazo y gestionar varios contratos en paralelo. Además, muchos depósitos a plazo no pueden gestionarse en línea, y cualquier movimiento requiere la intervención de un asesor bancario.

A la inversa, los MMF ofrecen una flexibilidad de gestión total: puedes depositar, volver a depositar y retirar, parcial o totalmente, sin límite de importe y en cualquier momento. Eso sí, hay que prestar atención a los importes mínimos de depósito y, en algunos casos, también de retirada que pueden aplicar determinados MMF.

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Transparencia en los precios: ventaja MMF

Los depósitos a plazo son contratos personalizados entre tú y tu banco, con condiciones variables sobre las tarifas —algunos dirían “según quién seas como cliente”. De hecho, no existe una transparencia sistemática sobre los tipos ofrecidos ni, de forma más general, sobre las cláusulas contractuales. Según el importe que quieras depositar, la relación que tengas con tu banco y su política comercial del momento, las ofertas pueden variar de manera considerable.

En cambio, la regulación exige una transparencia total en las condiciones tarifarias de los MMF y garantiza la equidad de trato entre clientes. Eso sí: dentro de un mismo MMF suele haber sistemas de “clases de participaciones” (share classes) entre las cuales pueden existir diferencias de comisiones. Por ejemplo, un MMF puede aplicar comisiones de gestión más bajas a clientes que depositan por encima de cierto umbral. Para conocer estos detalles, hay que remitirse al prospecto aprobado por la AMF.

Rentabilidad: depende

Cuando colocas tu dinero en un depósito a plazo, la rentabilidad queda fijada por contrato entre tú y tu banco. Existen depósitos a tipo fijo y depósitos a tipo variable. Aun cuando parecen no tener comisiones, el tipo que te ofrece el banco siempre incluye un margen que no se comunica.

Con un MMF, la rentabilidad no está predeterminada. Un MMF es una cartera de deuda a muy corto plazo emitida por Estados, bancos o empresas. El valor de esa cartera se calcula diariamente y determina los intereses que recibes ese día. En la práctica, un MMF te permite obtener una rentabilidad alineada con un índice monetario de referencia, como el €STR para el euro o el EFFR para el dólar. Estos índices son muy estables y siguen de cerca los tipos directores de los bancos centrales, como puedes ver en el gráfico de más abajo.

Dado lo importante de este punto, vamos a explicarlo con calma 🤓

En la práctica, los bancos fijan la rentabilidad de los depósitos a plazo en función de las expectativas de evolución de los tipos de interés (bajadas o subidas), basándose en la curva de tipos anticipada, conocida como “curva forward”. Estas expectativas son volátiles y se ajustan constantemente según las nuevas cifras macroeconómicas y las decisiones y comunicaciones de los bancos centrales. Por eso los tipos de los depósitos a plazo fluctúan. Actualmente, son claramente más bajos que hace unos meses porque las previsiones de tipos han sido revisadas a la baja.

Entonces, ¿es mejor, desde un punto de vista puramente de rentabilidad, fijar un tipo con un depósito a plazo o seguir el mercado monetario con un MMF?

La respuesta no es trivial, porque depende de dos elementos y uno de ellos es desconocido cuando tomas la decisión. El primero es el pricing del depósito a plazo en relación con las expectativas de mercado en ese momento (es decir, el margen del banco). El segundo es la diferencia entre lo que el mercado anticipa y lo que realmente sucede con los tipos.

Podemos resumir los diferentes escenarios de la siguiente manera:

En el fondo, fijar un tipo con un depósito a plazo suele equivaler a tomar una posición especulativa sobre la evolución futura de los tipos. Al fijar un tipo en un momento dado, estás apostando a que los tipos van a bajar más de lo que el mercado ya anticipa. Si ocurre lo contrario, tu depósito rendirá menos que un MMF. En cambio, los bancos que te venden depósitos no están especulando, porque pueden cubrir ese riesgo muy fácilmente. Por eso, si no quieres especular sobre los tipos, lo más racional suele ser optar por un MMF.

Además, hay un factor clave de rentabilidad que se pasa por alto: la velocidad a la que consigues invertir tu tesorería y la parte de tu dinero que está trabajando continuamente. En ese sentido, los MMF tienen ventaja sobre los depósitos a plazo. La apertura de un depósito a plazo suele requerir varios días, incluso semanas: contactar con un asesor, conseguir cita, negociar condiciones, firmar documentos… Si pierdes dos semanas solo en ese proceso, ya estás sacrificando más de un 0,10% de rentabilidad anual al tipo sin riesgo actual. Y si tu depósito no se renueva automáticamente al vencimiento, puedes perder aún más días de rendimiento. Además, la falta de liquidez de los depósitos a plazo durante el primer mes limita la parte de tu tesorería que puedes colocar.

Riesgos: depende

Para evaluar correctamente los riesgos, es fundamental entender en qué activos puede invertir un MMF y cuál es la contraparte bancaria detrás de un depósito a plazo.

Como productos bancarios, los depósitos a plazo están cubiertos por la garantía de depósitos hasta 100.000 euros. Este límite se aplica al total de tus depósitos en esa entidad, incluidos los que no sean depósitos a plazo.

Como fondos, los MMF no están cubiertos por esta garantía. Sin embargo, ciertos MMF —como los de Spiko— solo están autorizados a invertir en letras del Tesoro. Esto significa que tu dinero está expuesto únicamente al riesgo soberano, que es menor que el riesgo de quiebra bancaria.

En resumen, cuando abres un depósito a plazo te conviertes en acreedor de tu banco. En cambio, cuando inviertes en un MMF te conviertes en propietario de una cartera de títulos financieros y, si esta cartera está compuesta exclusivamente por letras del Tesoro, pasas a ser acreedor del Estado. (Por cierto: Spiko ofrece transparencia en tiempo real sobre todas las letras del Tesoro que mantienen sus MMF.)

Contabilidad y fiscalidad: sin diferencia

No hay diferencias significativas entre un depósito a plazo y un MMF desde el punto de vista contable y fiscal.

Para un análisis más detallado, puedes consultar nuestro artículo Contabilidad y fiscalidad de los fondos monetarios Spiko.

MMF o depósito a plazo: ¿qué elegir?

Entonces, ¿fondos monetarios o depósitos a plazo?

Como habrás visto, no existe una respuesta universal, ya que son productos distintos.

No obstante, puedes hacerte algunas preguntas sencillas para orientarte:

  • ¿Tengo dinero parado en una cuenta corriente que quiero poner a trabajar, y valoro mucho la liquidez? Si es así, los MMF son para ti.
  • ¿Quiero apostar sobre la evolución futura de los tipos fijando uno ahora? Si no es el caso, lo mejor suele ser elegir un MMF.

En cualquier caso, ten presente que el error más común es tardar demasiado en elegir entre un depósito a plazo y un MMF. Mantener tesorería sin remunerar tiene un coste de oportunidad significativo, y tu objetivo debería ser minimizarlo. Elige un producto sencillo, que entiendas, con una apertura rápida y que te permita mantener casi toda tu tesorería trabajando constantemente.

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🥊
Resumen

Los fondos monetarios (MMF, por “Money Market Funds”) y los depósitos a plazo son soluciones de inversión de tesorería con propuestas de valor distintas. Los MMF ofrecen una disponibilidad y flexibilidad que los depósitos a plazo no pueden igualar. En cuanto a los riesgos, conviene analizar el activo subyacente de los MMF por un lado, y la solidez de las contrapartes bancarias que ofrecen depósitos a plazo por el otro.

💡

Se denomina “cut-off” de un MMF, a la hora límite a la que un cliente debe enviar una orden de retirada para que se ejecute ese mismo día. Las órdenes introducidas después del cut-off se procesan el siguiente día hábil. Para conocer el cut-off de los MMF Spiko, te invitamos a leer: Un día de operación de un fondo monetario Spiko.

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El depósito mínimo en un MMF Spiko es de 1.000€ (o 1.000$) para el primer ingreso, y de 1€ (o 1$) para los siguientes. En cuanto a las retiradas, el mínimo es de 1€ (o 1$), tanto para la primera retirada como para las posteriores.

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